Tuesday, October 31, 2006

Mucha, mucha policía

Bienvenidos a este especial Halloween. Espero que ya os hayáis lavado los dientes y hecho pís, antes de iniciar este paseo por el miedo y el terror. La noche de Halloween es la víspera del día de todos los santos, donde se recuerda a los difuntos. La tradición de celebrar la víspera parece que viene de los celtas de Irlanda y Gran Bretaña. Ese pueblo fue el mismo que allá por el siglo VI AC emigró a Galicia y a otras partes de España para hacer un chalet adosado con piscina, garaje individual y antena parabólica, para poder seguir viendo el Cinco Naciones (en aquella época aún no existía Italia, ni la tontería del Seis Naciones). Nos trajeron las melenas, el gusto por la cerveza, y otras aportaciones menos positivas, como el Celta de Vigo, pero no todo iban a ser buenas noticias. Este pueblo celebraba mucho el culto a la muerte, lo que se traduce en una relación estrecha en el día a día, y que dejaron impresa en tradiciones gallegas, tales como la Santa Compaña. Todo empezó una noche en que, por casualidad, el herrero del pueblo, que se llamaba Pepiño, le dijo al pescadero:
-Ese pescado está podrido.
-¿Estás diciendo que mi pescado no está fresco?

Y se montó una pelea multitudinaria, donde se daban de leches hasta el cura del pueblo, aunque entonces le llamaban druída, pero seguía siendo el que mejor comía. La cuestión es que Paco, que era agricultor, había dejado un montón bastante grande de calabazas en la puerta de su casa. Esto lo hacía para vendérselas a los peregrinos, además de tener conchas de vieira y llaveros del Apóstol Santiago. Lo que pasa es que el Apóstol Santiago aún no había nacido, pero Paco era un adelantado a su tiempo y ya veía el negocio.

Al verlas, la gente las cogió para arrojárselas a los demás, y con el impacto, algunas se rompían, dando lugar a caras terroríficas. La gente poco a poco fue parando, y al darse cuenta del asunto, se pusieron a hacer las paces, y a tomarse una Estrella Galicia en la taberna del pueblo. Habían inventado la Jack´o´lantern, que es la de la foto.

Porque los gallegos siempre que pueden, se reúnen para comer patatas (tal como afirma Manuel Rivas) y los que beben, tomarse un Estrella Galicia. Y lo de las patatas es especialmente cierto: si vas a comer con un gallego y no hay patatas, este comerá educadamente, lo pasará bien, pero algo en su inconsciente le hace sentirse triste. La soledad de la comida sin patatas es como la soledad de un barco en pleno Gran Sol, o en los caladeros de Terranova. Cuando come un filete de ternera, se sobreentiende que se comen patatas con filete, y todo lo que no sea eso, será una profanación, un sacrilegio. Lo que adoramos de verdad son las patatas. De todo lo anterior se deduce que los gallegos somos amantes de la comida (especialmente de las patatas), de la fiesta, de la cerveza, de los disfraces, y de reunirse (especialmente para comer). Pero eso no lo digo yo, si no que ya lo decían los romanos. Para demostrarlo, me he tomado la libertad de recoger citas de los historiadores:

"En cuanto a la organización social de los celtas gallegos, las primeras referencias documentales que se encuentran sobre la sociedad castreña son las que proporcionan los cronistas de las campañas militares romanas como Estrabón, Herodoto o Plinio entre otros. Estos describen al pueblo gallego como un conjunto de bárbaros que pasan el día peleando y la noche comiendo, bebiendo y danzando bajo la luna." Fuente Wikipedia

No se podría decir mejor con menos palabras. Estos historiadores romanos eran unos cachondos. Y para ilustrarlo aquí tenéis a dos ejemplares, y como ya sabéis, gallegos y asturianos, somos primos hermanos. Pues ahí tenéis a un lechón bípedo, y a su hermano asturiano en pleno Halloween. Alguno dirá que el disfraz de mi Guillo no es de miedo, pero os digo una cosa. Pensad que os compráis un iPod de 300€ y que el día después de caducar la garantía no os enciende. Eso es la definición de miedo.

Otra costumbre muy típica aquí en los dominios del tío Sam, es la de que los niños salgan esta noche a pedir caramelos por las casas, al grito de Trick or treat. A nuestra puerta no ha llamado nadie todavía, pero suponemos que es normal, ya que al edificio no se puede acceder si no es con llave, ya que los porteros automáticos es un concepto que en América no se aplica demasiado, como ya os comenté en otras ocasiones. Y este año es novedad que anuncian por ahí que a tu hijo, en vez de máscara, que le pintes la cara, para que no se pierda y lo confundas con otros, y otras paranoias propias de estas latitudes. Aunque la gente no es como los retratan. Lo típico de que no saben donde está España es una bola como el sombrero de un picador. Todos con los que hablé saben perfectamente donde está, y el idioma que hablamos y de todo. Incluso conocen a los gallegos, porque un actor bastante famoso, Martin Sheen, es de origen irlandés y gallego. Si es que estamos hasta en la luna, como veréis mañana en la continuación del especial Luna, fraude o realidad, los archivos perdidos.

RLH La carta esférica. Arturo Pérez-Reverte
RCH Million Dollar Baby.
RMH Joaquín Sabina - Pacto entre caballeros

Besos y no olvidéis limpiar los zapatos y ponerlos debajo del árbol antes de iros a la cama. Nunca se sabe si los Reyes pasarán por vuestra casa. A mí me pasaron hoy, y me dejaron el mail in rebate del ordenador. Quén me lo iba a decir, ya lo daba por perdido.

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