Wednesday, October 18, 2006

El blues de lo que pasa en mi escalera

Hi, kids. Welcome once again to our English classes. Today we´re gonna learn some new phrases that you can use anywhere.
Jaiquís. Güelcam guansaguén tuauar inglish clasis. Tudéi güirgonalern samniu frasis datllucan ius enigüer.
Hola niños. Bienvenidos a una nueva edición de los clases de inglés. Hoy aprenderemos frases que podréis usar en cualquier lugar

Lesson 4. Phrases 3.
1-No names, no mail.
Traducción: "Sin nombres, no hay correo". Esta frase se hizo célebre debido a nuestro cartero macarra, que es igualito a Otto, el conductor de autobús de los Simpson.
Resulta que a las tres semanas de estar en USA, no nos había llegado ninguna carta, incluyendo facturas, la tarjeta del seguro médico, la del banco,... y ya nos empezamos a preocupar. Y un día que volvimos a media mañana, nos encontramos a Otto repartiendo el correo. Y ahí ya le atacamos. Abrimos nuestro buzón y nos había metido un papel que ponía: NO NAMES, NO MAIL. Y le preguntamos que qué era aquello, y el tío nos dice: If you don´t put your names on your mailbox, I assume the apartment is empty. (Si no ponéis los nombres en el buzón, supongo que el apartamento está vacío). Hasta entonces pensábamos que el correo no nos había llegado porque aún no había llegado, pero en ese momento descubrimos que el tío no nos lo había metido en el buzón. Por ello, la ira inicial se transformó rápidamente en amistad desbocada, llamándole amigo, amigo, what a nice tatto que tienes, colega, por miedo a que se hiciera un churrasco con nuestras cartas y no las volviésemos a ver nunca más. Y tras unos segundos de tensión, el tipo levantó la mano y dijo: No problem, I´ll get your mail back (os volveré a traer el correo). Y desde aquel feliz día, recibimos nuestra correspondencia con total normalidad. Incluso nos llegan cartas de un chino que presuntamente tuvo el privilegio de vivir en nuestro chabolo antes que nosotros. Eso y publicidad del Giant Eagle.

2-One dollar and seventy-five!
Traducción: "¡Un dólar y setenta y cinco centavos!". Esta alegre frase nos retumba en la cabeza cada vez que subimos a un bus. Roberto y el que escribe, somos a la CMU, lo que dos espontáneos en la final de la copa de Europa a la policía: no nos matan, pero no tenemos ningún privilegio. Por ello, no tenemos derecho a bus gratuito, ni a clases de inglés, ni a que nuestro advisor nos haga caso. El problema fue que al principio, y dado que todo el mundo enseñaba su tarjeta de la CMU en el bus y entraban gratis, optamos por hacer lo mismo, y disfrutar por el morro de los privilegios de ser estudiante. Pero oh desgracia, cuando fuimos a la reunión de la CMU para visitantes extranjeros, nos dijeron que de estudiantes, nada, y que por lo tanto no disfrutábamos de bus gratuito, y eso se evidenciaba porque no teníamos un bus pequeñito dibujado en nuestra tarjeta. Y yo, cual Robin Hood, induje a Roberto para que continuásemos igualando la riqueza en el mundo a nuestra manera. Y dió resultado, al menos por un tiempo. Pero un día, volviendo del Downtown, paramos en S Aiken, y al bajarnos, enseñamos el carné (dependiendo del conductor, te cobran al subirte o al bajarte). Roberto lo hizo con éxito, pero cuando llegó mi turno, el conductor dijo: "Eh, wait, and you come back! (por Roberto, que ya estaba fuera del bus). Let me see!". Y me cogió el trozo de plástico rojo, y se puso a mirar, y acabó diciendo: "You don´t have a little bus printed on your card, so you have to pay one dollar and seventy-five!". Incrédulos, Roberto y yo nos miramos sin saber qué decir, y le empecé a contar que no sabíamos nada y bla bla bla. Y el tío al final nos dice en plan perdonavidas, "OK, you may go, but it´s last time you ride the bus for free!" haciéndonos quedar como si le hubiésemos robado la pensión a una anciana o algo peor. Como agravante, el conductor era latino, probablemente mejicano, con lo cual nos sentó como una patada en los dientes. No es preciso decir que desde aquel día pagamos nuestro dólar setenta y cinco como campeones. Fue el primer y único día que sufrí el denominado estiramiento de vergüenza desde que estoy en lo EEUU.

3-You don´t want to go there.
Traducción: "No vayáis a ese sitio". Fue la frase más oída en los primeros días a este lado del Atlántico. Cuando le preguntábamos a cualquiera si había alguna zona peligrosa en la ciudad, nos decían invariablemente: You don´t want to go to Hill District, you don´t want to go to Wilkinsburg, and you don´t want to go to East Liberty at night. Así que , por supuesto, de las primeras cosas que hicimos fue ir al Downtown...cruzando el Hill District a pie. Todo fue culpa mía, ya que Roberto quería ir sabiamente en bus, pero yo quería ver el ambiente. Por supuesto ninguno de los dos sabíamos que tendríamos que cruzar por tan ilustre barrio. Y lo pasamos muy bien. Ese día batimos el récord del mundo de marcha, atravesando el distrito entero en veinte minutos (para los que no conozcáis la zona, creedme, fuimos a toda leche).

Y aquí termina la lección de hoy.

Y en este estado dejado de la mano de Dios, seguimos haciendo que trabajamos. En la foto tenéis el fruto del esfuerzo de ese hombre venido del frío llamado Roberto. Cual Robespierre ocioso, se dedica a cortar cabezas. Y podéis ver las dos líneas de trabajo que sigue. La de la izquierda muestra que aunque debería ser secreto, tenemos la careta de la peli "El hombre invisible", de Kevin Bacon. La de la derecha es la causa de que sea el único hombre del mundo adicto a la fibra de vidrio. Es curioso como para hacer un proyecto de fin de carrera para Ingeniería en automática y electrónica industrial, es preciso tener conocimientos de bricolaje y arte para llevarlo a cabo.

Aunque eso está bien, es mejor tener conocimientos en arte, que no que te harten de tener conocimientos, y por extensión, que no te dediques a recorrer el mundo con un camisón color azafrán cual hare krishna de la pradera, dedicado a desprestigiar la ingeniería y lanzando bolitas de pan a la gente, que es una cosa muy molesta. Es como cuando alguien se pone a intentar abrir algo, y se pasa 10 minutos y no lo consigue, y todos los que están mirando alrededor están deseando intentar abrirlo ellos mismos, ya que el pensamiento que te viene es: "Será torpe! Seguro que si lo cojo yo, lo abro en tres segundos".

Mi trabajo consiste básicamente en lo que se ve en la foto: pelearme con mi ordenador. Y parece que, por momentos, voy ganando. Aunque la cosa va para largo, y si al final sale bien, me parece que me dan un Gallifante o algo. No sé si será el de oro, pero aunque sea de hojalata, da igual. Lo importante es ganar cuantos más mejor, que luego te los cambian por un billete de avión de vuelta a casa. Ahora me imagino mi casa y mi ciudad como el paraíso. Antes les encontraba 80 mil defectos, y ahora me parecen absolutamente perfectos. Ejemplo. el tráfico en Coruña me parecía terrible. Ahora se me parece a un domingo a las 8 de la mañana.
Pero mirar el perro, qué riquiño, jeje.

RLH Harry Potter and the prisoner of Azkaban. Harry Potter y el prisionero de Azkabán. JK Rowling
RCH The full monty. 1997
RMH Maria del Mar Bonet - L´aguila negra

Besos a todos, y si tenéis ganas de agredir a vuestro advisor, me presento voluntario para ser el presidente del club Hit your advisor happily.

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