Sunday, October 22, 2006

Come fly with me, let's fly let's fly away

Érase una vez un pequeño lechón que habitaba las tierras de Pittsburgh. Aunque era un poquitín mermado, tenía muy buena voluntad, y lavaba, cocinaba y hacía la colada felizmente. Pero el malvado doctor maligno, que era su amo, le hacía la vida imposible. Una mañana, se levantó temprano para hacer sus tareas, pero cuando encendió el portátil, vió un email que le invitaba a visitar una casa del barrio de Shadyside para una gran fiesta. Qué iba a hacer él, si no tenía ni siquiera un vestido decente. Esa mañana salió de su casa para servir a su amo en la CMU, pero por el camino se encontró con un príncipe, que parecía un poco triste.
-¿Qué os pasa, joven príncipe?
-Ay, amigo lechón. Ser o no ser, ésa es la cuestión. ¿Debo irme, o quedarme sería acaso acertado?
-¿Cómo os llamáis?
-Oriol Hamlet, pequeño porcino. Porque eso es lo que sóis, ¿me equivoco?
-No, no, mira que jamón más rico tengo.
-Lo veo, lo veo. He decidido marcharme, pues ¿qué es acaso un mes más comparado con la dilatada carrera de Georgie Dann?
-Os echaremos de menos, señor príncipe. Marchad a vuestra tierra, y no olvidéis a aquellos que os brindaron su amistad. Y por cierto, ya no tendréis que dejar la propina obligatoria.
-Cierto es, ¡adiós mi cuadrúpedo amigo!

Y continuó su viaje, y a pocos metros de él, hallábase un joven.
-Jeje, mira un lechón. Y parece galleeeego. Jeje-dijo el joven imitando el acento de los habitantes del Fin de la tierra o finisterre.
-Hola, caballero. ¿No seréis el gato con botas?
-No, soy Jose Mari con Botas. Y has visto al vengut, este del Hamlet, que dice que se va. Si es que no se respetan los rangos.

Allí lo dejó meditando sobre el Príncipe Vinyals, aunque justo antes de girar la cabeza, se había ido detrás de una gata con botas de tacón alto de muy buen ver.

Cuando llegó a la CMU, su malvado amo, el Dr Maligno lo recibió como de costumbre:
-Hola, amo.
-Is there anybody? Who has talked?
-Yo, amo, aunque ya sé que soy invisible a vuestros ojos-y le tocó un codo, para que advirtiera su presencia.
-Ah, OK. Let me see, why don´t you go to Pitt and bring me back a coffee? Take $2.
-Lo que su merced mande.

Y allá se fue nuestro pequeño lechón, con los 2 dólares, moviendo la colita y leyendo el Post-Gazette, para leer la crónica de la última derrota de los Steelers. Cuando llegó a la Universidad de Pittsburgh, se dió una vuelta por la Cathedral of learning, y luego fue a por el café a la zona de los hospitales, donde decía la leyenda se hacían los mejores churros, ruedas y churro de todo el burgo de Pitt. Por supuesto, cuando entró en el restaurante bar cafetería tasca, lo más cercano a un churro que vió, fue la manguera del lavaplatos. Abatido, pidió el café, y cuendo se lo dieron, se marchó de vuelta. Pero a pocos metros del garito, escuchó unas voces que llamaron su atención.
-Oh Carlomeo, lo nuestro no puede ser, yo soy una Ramosiana y tu eres un Agellino. Nunca podremos estar juntos.
-Oh, Marieta, voto a tal que lo que nuestros corazones manden, serán las órdenes que cumpliré. Además...¿quién sois vós, pequeño mamífero?
-Oh, disculpadme, mis queridos, soy un lechón de caramelo, me conocísteis en el viaje al corazón de la capital, y en la visita a palacio, y aquellas maravillas.
-Anda, pues quédate y tómate algo, que Marieta tiene algo de torta del Casar que le dió su primo, el de Emerita Augusta, el arquitecto minero del César, llamado Manvelvs. Y me parece que alguna perrunillas y algo de jamón.
-Agadezco vuestra generosa oferta, amigos míos, si acaso me llavo una perrunilla para el camino, pero jamón no puedo, que en mi caso es canibalismo.
-Te comprendemos, oh lechoncillo. En fin. Que sea liviano el camino, y que los astros os guarden.
-Gracias, y disfrutad de vuestro amor.

De nuevo, emprendió su camino, e iba cantando "Para hacer bien el amor hay que venir al sur", de Rafaela Carrá, cuando fue abordado por tres hombres embozados, que hacían tintinear sus espadas, por si acaso se acercaba algún corchete del Cardenal Richilieu.
-Hombre, lechón, Viva er beti manque pierda, tómate algo con nosotros.
-Querido Manu Portos, no os hacía yo por estas latitudes, me alegra veros, voto a tal.
-Vénte, lechón que el teu germà te acha de menos-fue el saludo de Javiramis.
-No hay cosa que más me agradase, hermano, pero debo llevar este café a mi amo antes de que se enfríe.
-Jaja, querido lechón, no te retendremos por más tiempo, así que acepta nuestro saludo con afecto, y mira, este es Peter y es de Minnesota.
-Si lo conocí el otro día. Eres un crack. Os dejo. Que os vaya bien.

Y otra vez, inició su camino de vuelta, enfrentándose a la vida con una sonrisa, y las pocas luces que lo caracterizaban. Estaba ya a la altura del Smith Hall, cuando, inesperadamente, tropezó con la acera, derramando el café.
-¡Oh, Dios mío, el Dr Maligno me va a matar!
Y el llanto comenzó a brotar, acompañado de gruesas lágrimas que se deslizaban por las mejillas sonrosadas. Pero no tenía más remedio que volver a su laboratorio y contarle lo sucedido al odiado.
Por increible que parezca, en ese instante apareció Ezgar Esnaider (permitidme esta licencia anti-abogados) y se acercó con su capa púrpura, y su sombrero en una mano, y el tridente en la otra.
-As your attorney, I advice you not to say anything, until they get an order.
And remember, there is never a fee, unless we get money for you!
Esto dejó un poco más tranquilo al pequeño animalito (al lechón, no al abogado) ya que tener representación legal, es bastante importante. Eso, y tener aspiradora en un apartamento que está totalmente cubierto de moqueta.
-PLAS.
La bofetada que recibió sonó como el viento golpeando las olas.
-¡Os juro que fue sin querer!
-Well, now, you won´t leave CMU until tomorrow morning.
-Pero tengo una fiesta.
-That´s not my problem. Have a good night.

En el laboratorio no había un alma, como de costumbre, pero a esas horas de la noche, sólo le cabría la esperanza de encontrar a Drácula o a un panadero. Las nueve de la noche sonaban en el reloj de la sala, y la fiesta se desvanecía como un cromo de los Simpson en medio de un huracán. Sus ojos cubiertos de lágrimas, resplandecían en la oscuridad, haciendo la estancia mucho más triste que de costumbre. Pero un murmullo se hacía más y más fuerte, hasta que con un golpe, la puerta quedo destrozada, y aparecieron, ni más ni menos, que los ángeles de Charlie. Las mismísimas Corocita Roja, Lauranieves y Sarabella Durmiente.
-Ala, ya eres libre, y de nada eh.
-Como podría agradeceros...
-Déjalo, que somos así de espléndidas.
-Mil gracias, si queréis soy vuestro esclavo.
-Anda, pírate. Y vete a la fiesta que no llegas.
-Siento defraudaros, pero no podré ir, pues no tengo...vestido. Tampoco tengo aspiradora ni el 17º disco de El fary, pero ahora eso no importa.
-¿Cómo?¿Qué hemos venido para nada? Ni hablar, Sarabella, llama a su hada madrina.
-Es que no tengo saldo en el móvil.
-En fin, llamaré yo-sentenció Lauranieves, cuyo móvil siempre acaba ayudando de una u otra manera al lechón.
Y en breves instantes, el Anna Madrina del lechón apareció bellísima con alas de Adolfo Domínguez.
-Ay, lechoncillo, que pena. No te preocupes que te voy a poner un vestido que no te van a conocer. Y a ver si vienes un día a cenar a casa, que Josep y yo ya te hemos invitado tres veces, y se te ve menos que a los Reyes magos.
-Lo siento, pero prometo ir, de verdad. Y gracias.
-Anda, anda. Mira que teníamos calabaza y todo, y aún encima el otro día, en el etíope comiste menos que la estatua de Lincoln en el desierto.
-Es verdad.
Y con su varita mágica, empezó a cantar el bibidi babidi bu, pero al poco se cansó, y empezó a cantar Marta tiene un marcapasos, que tiene más ritmo. Pasaron menos de 10 segundos, y el lechón brillaba con su traje azul celeste, y camisa con chorreras estilo años setenta. Su sueño se había cumplido.

FIN

Permitidme un pequeño comentario para felicitar a Alonso, que no todos los días se tiene un bicampeón mundial de Fórmula 1, a Schumacher, porque no todos los días se retira un heptacampeón, a Ester, por su cumple, y a los del etíope, por hacerme pasar más hambre que un león en la sección de verduras del Giant Eagle.

RLH Ingeniería de control moderna. Karsuhiko Ogata. (no se os ocurra leerlo)
RCH Young Frankenstein.1974. El jovencito Frankenstein.
RMH Freddie Mercury - In my defence

Besos a todos, y en especial a Toni, que me ha contado un pajarito que le gusta bastante el blog, aunque no consigo explicarme el porqué. Gracias.
Y hoy cumplo un mes y una semana que no me pican avispas.

No comments: