Sunday, September 03, 2006

Diario 08-16 El Tío Sam dice Hola buenas

El caso es que el día 16 de agosto a las 2 y pico de la mañana empezó uno de los días más ajetreados de mi vida. Ahí estaba yo, con mi billete de avión, y mis maletas, que sólo me faltaba el bolso con un caniche dentro. Y salió mi vuelo de Santiago de Compostela hacia Madrid con retraso, por supuesto, porque había en la bodega del avión equipaje de alguien que no había embarcado. La risa floja empezó a cundir, ya que escasos días antes ocurrió el episodio de detenciones en el Reino Unido, por los supuestos inminentes atentos que iban a perpetrar con explosivos líquidos. Motivo por el cual, estaba prohibido llevar en el equipaje de mano cualquier tipo de líquido. Este hecho provocó el síndrome "Aquí huele a choto-mono-humanidad" ya que tampoco estaba permitido llevar desodorante, colonia o ambientador olor a pino.

Con esta lamentable espectativa me despedí de mi novia, madre y padre con la manita y diciendo cual terminator I'll be back, es decir volveré.

Cuando el avión aterrizó en Madrid, ya me dirigí corriendo a la ventanilla de Delta para conseguir la tarjeta de embarque, a las 9 de la mañana, y ya tenía una cola de lado a lado del aeropuerto. Pacientemente esperé, y los empleados de Delta, muy amables, me facilitaron la tarjeta de embarque del vuelo Madrid-Atlanta y del Atlanta-Pittsburgh. Yo en ese momento estaba calculando la influencia del mono Amedio en la sociedad búlgara actual.

Para embarcar en el avión tuvimos que pasar un control específico en la puerta de embarque, incluyendo un cacheo, y el escaneo del equipaje de mano y atención de los zapatos. Así que resignándome y dando gracias por llevar calcetines limpios, me quité los botines y me los volví a poner.

Pero oh Soledad, oh mustios collados, una vez que pasé la cola tras media hora de espera, resulta que cambiaron la puerta de embarque. Así que otra vez lo mismo.

En fin, ya embarqué, salió el avión y después de nueve meses nación un.... a no, después de 9 horas pisé suelo estadounidense. Por el camino me dió tiempo a dormir pero poco, a rellenar la declaración de aduana y el I-94, y a comer la porquería que nos dieron. También dije a glass of water please como unas 7 veces, y fui al servicio otras tantas.


Allí me encontré, ante los oficiales de aduanas, les dije hola, buenas, y dijeron, ah don fulano pase usted faltaría más. Por fin me hallaba en la sala de espera de la puerta de embarque del último avión, qué emoción. Y tras hora y media de vuelo, llegué a la tierra prometida. Recogí las maletas, y gracias a un señor de la limpieza, pude coger el bus 28X, que me llevó a mi hotel, el Quality Inn www.choicehotels.com.

Es importante mencionar que me bajé del bus con los maletones, y le pregunté al señor con mucho acento: Excuse me sir, where can I find the Boulevard of the Allies? Era mi primera frase larga en territorio USA, así que me dije Eres un crack chaval. La pronunciación es tal que así: Ekskius mi ser, güer canai fain de buleeefard of de alis? Pero el paisano me dijo: of de alais?
Esa fue mi primer chafún o metedura de pata con el inglés.

Por fin llegué al hotel a las 9Pm de aquí, o sea las 3 de la mañana de España, habiéndome levantado a las 3 de la mañana del día anterior. O sea que cai como muerto.

Y hasta aquí el viaje, gracias por volar con Juanjo Airlines.

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