Thursday, September 07, 2006

08-17 Part 3. Opus 234 en fa Mayor o "Edgar el hechizado"

Esta que véis es la cocina-zulo de mi apartamento. Eso sí, tiene un extintor, una nevera y una cocina al lado de la nevera. Sospecho que esta estancia esconde la entrada a un pasadizo secreto que lleva al apartamento de verdad, siendo todo lo demás un humilde hall o recibidor del apartamento real.

Sí amigos, sí. El portátil de Roberto, que yacía inerte sobre la moqueta, fue lo que ocupó nuestras neuronas por completo (en mi caso no, obviamente, porque para ocupar algo primero tiene que haber, y como mi cerebro venía de serie con motor mononeurona...).

La espada de Damocles pendía sobre nuestras cabezas, pues no sabíamos si nos iban a devolver el dinero, o tendríamos que tapar el agujero de $900 cantando Sweet Home Alabama, de Lynyrd Skynyrd, o Esta sí esta no, de Chimo Bayo.

Además teníamos cita con nuestro advisor, es decir, el Dr Maligno, y para ir al Waterfront de nuevo perderíamos la tarde, y llegaríamos ídem. Así que nos pusimos el gallumbo por fuera, como superman, y de perdidos al río. Nos subimos al bus, a ese maravilloso 59U, que cuando lo ves te entra una cosa así por la espalda, como si te enamoraras, y cantando ya algún tema como "Que alegría cuando me dijeron..." o "Para hacer bien el amor hay que venir al sur" de Raffaella Carrá" llegamos como quien no quiere la cosa al Office Depot (tienda donde compramos el portátil). Habían sido horas de espera tensísimas, donde Roberto acuñó la famosa frase: 'I want my money back'

Entramos y con voz temblorosa dijimos aquello de Hi, we would like to return back this computer, 'cause it doesn't work.

Momentos de tensión, el encargado nos mira, nos vuelve a mirar, y pasados unos segundos dice:
No problem!

Ahí, con la emoción del objetivo cumplido, nos devolvieron el dinero felizmente, esfumándose de un plumazo la expectativa de comenzar una carrera musical en las cálidas tierras de Pittsburgh.

Eso fue un lunes, y ante la desesperación de una semana sin portátil, Roberto le preguntó que cuando les vendrían más, y el tipo dijo Wednesday, Thursday a lo más tardar. Y allí fue Roberto, el miércoles a primera hora, a comprar su portátil, con la desgracia de que el límite de la Visa, no le permitía, por $20 (dato verídico) efectuar el pago. Pero el jueves, después de pronunciar todos los insultos conocidos por el ser humano por no haberlo podido comprar el día anterior, consiguió por fin hacerse con un portátil de mejores características que el mío, lo que, dada su condición de hombre de posibles, era de esperar.

Y así damas y caballeros, fue como dos tontos muy tontos (sobre todo yo) se hicieron con dos ordenadores de todo a cien. En fin, gracias por soportar un día más estas historias desde el más allá... del atlántico.

Besos y abrazos.

1 comment:

Anonymous said...

Sr Patilla mis respetos...

Seguire su blog con la asiduidad con la que me sea posible, ya que desde que me relato usted la historia de Tarasnikov "el magnifico", tambien llamado "el grande" o "el enano al lado de XOanXo conocido como "PaTilla Brava"", me dejo usted fascinado por sus relatos historicos. Aun poseiendo una gran memoria historica, es caso de los babuinos de pittsburg no lo conocia, espero que en una proxima conversacion por mesenger podamos intercambiar conocimentos del tema.

Un saludo afectuoso y un:
OLE TUS WEBOS

aTentamente un descendiente del gran TarasniKoV III (lease i i i)